El autor invita a retomar la importancia del mundo emocional, la resolución de conflictos y la confianza entre los directivos, sin descuidar los resultados cuantitativos. Propone una nueva herramienta (el ‘diamante’) para evaluar esta dimensión.
La gestión basada en resultados meramente comerciales o cuantitativos está dejando de tener ‘buena prensa’ entre los autores de management. En este marco, aparece Martín Shaw, quien, luego de 15 años de trabajar en el sistema financiero, se alejó del mundo corporativo para redescubrir en él y en los otros una nueva forma de administrar, basada en la persona, y no, en los números.
El diamante de la efectividad, que lleva como subtítulo, ‘Cómo ser más humano para influir en los resultados’, el autor da cuenta de cómo, muchas veces, los jefes, directivos y ejecutivos crecen y suben de puesto “basados en su orientación hacia la tarea, estudios o capacidad técnica”, aunque escásamente se forman y progresan en aspectos tales como la escucha, la comunicación, el mundo emocional, la resolución de conflictos, la confianza y el trabajo en equipo, entre otros, temas que son tratados en el libro.
“Esto se traduce en empleados que no son felices con el trabajo que tienen entre las manos, que pasan la mayor parte de las horas de su vida en un sistema que piensa poco en ellos”, advierte Shaw. Por eso, propone una nueva visión de carrera: “Se trata de ayudar a las personas a traer la mejor versión de sí mismas para su propio beneficio y el de todos nosotros”.
Para analizar esta nueva variable, el autor, con estudios de posgrados en Harvard y en Chile, propone el ‘diamante de la efectividad’, como una herramienta para evaluar lo que considera los cuatro aspectos más importantes de la vida: los resultados y objetivos que buscamos, la relación de cada uno consigo mismo, la relación con los demás y el aprendizaje.
Pedro Ylarri