BALANCE-SALUD – Pedro Ylarri

BALANCE-SALUD

SALUD SEXUAL Y CONTROL DEL CONSUMO DE TABACO
ABRIERON UN POSTERGADO DEBATE EN LA SOCIEDAD
Por Pedro Andr,s Ylarri
BUENOS AIRES, dic 14 (DyN) – La aprobación de la Ley de Educación Sexual y el combate contra el consumo de tabaco a nivel nacional fueron durante 2006 las dos batallas claves libradas en el  rea sanitaria, que generaron roces entre dependencias oficiales, organizaciones sociales y sectores conservadores, y promovieron debates.
La C mara de Senadores aprobó por amplia mayoría el 4 de octubre la norma nacional que obliga a dictar contenidos de sexualidad en colegios públicos y privados, y se convirtió en una de las m s pol,micas en el marco de la Ley de Salud Sexual y Procreación Responsable, de 2003.
En forma paralela, provincias y municipios instrumentaron la norma y generaron nuevos debates en cada comunidad, en especial ante la duda sobre qu, contenidos y desde qu, edad se impartir n, en el marco de presiones y protestas de sectores conservadores, que consideran a la familia como único núcleo con potestad para educar sobre el tema.
Cientos de organizaciones alzaron su voz para manifestar su apoyo a la normativa, con un argumento «basado en la realidad», y justificado en crudas estadísticas oficiales, que revelan altos índices de mortalidad en abortos mal practicados.
La situación de dos mujeres con discapacidad embarazadas a raíz de violaciones, en la localidad bonaerense de Guernica y en Mendoza, reavivó aún m s la pol,mica por la legalización del aborto, e hizo salir a la luz la fuerte presión de parte de la sociedad, que rechazó la interrupción del embarazo aún cuando la ley lo permite.
La continuidad de la política «progresista» impartida por el ministro de Salud, Gin,s Gonz lez García, se observó el 29 de agosto cuando la cartera promulgó la ley que autoriza la ligadura de trompas y vasectomía, y durante todo el año con la distribución de m s de diez millones de anticonceptivos y la apertura de al menos cien centros de salud sexual en los 24 distritos argentinos.
En otro orden, la ofensiva oficial contra el consumo de tabaco, adicción por la que mueren unas 40 mil personas por año, tuvo eco en cuatro provincias y en la Capital, aunque a nivel nacional chocó con infinidad de intereses económicos, y llevó a que los intentos de sancionar una ley fueran infructuosos.
La cartera sanitaria envió al Congreso en agosto de 2005 el proyecto de su autoría, aunque la C mara de Senadores no llegó a tratarla en el recinto por las implicancias que tendr  en el sector productor, en especial en el norte del país.
Mendoza, Santa Fe, Córdoba, Tucum n y la Capital aprobaron en los últimos meses normativas que amplían la ley nacional 23.334, que prohíbe la venta de tabaco a menores de edad e incorpora la leyenda «El tabaco es perjudicial para la salud» en marquillas y publicidades.
La Ciudad de Buenos Aires fue el último distrito en aplicar la ley, cuando el 1ro de octubre se inició la prohibición y los controles en bares, confiterías y locales bailables, adem s de dependencias oficiales, donde la limitación comenzó un año atr s.
La ofensiva surgió tras revelar la Organización Mundial de la Salud estadísticas sobre la influencia del h bito de fumar en el país, y los altísimos costes sanitarios que produce, según las cuales Argentina encabeza, sólo detr s de Venezuela, el ranking de personas fumadoras en Am,rica Latina, con un índice de consumo de m s de 40 por ciento en la población adulta.
En 2006, por otra parte, los discursos de dirigentes sanitarios se basaron en la supremacía de tres conceptos, sobre los que se asentaron las acciones públicas: prevención, descentralización e información.
Las leyes de salud reproductiva y antitabaco, campañas contra el virus del sida -130 mil personas est n infectadas-, contra la rub,ola, mal de chagas y gripe, estuvieron enfocadas en la idea de que prevenir es mejor y m s económico que, en el mejor de los casos, curar.
Las reuniones de ministros provinciales en el Consejo Federal de Salud (COFESA) junto a la expansión de Centros de Atención Primaria (CAPS), que alcanzaron los 6 mil y redujeron los niveles de saturación de hospitales, dan cuenta del proceso de descentralización, una idea aplicada en países industrializados.
Por último, el papel del «Estado informador» que pretende instaurar Gonz lez García se vio reflejado en una serie de campañas de difusión en centros sanitarios, y se enmarca tambi,n en los programas de prevención.
PAY FM EJB